El Amor es el rostro y el cuerpo del universo. Es el tejido conectivo del universo, la materia de la que estamos hechos. Es la experiencia de la realización total y de la conexión con la Divinidad universal.
Todo sufrimiento surge del espejísmo de la distancia, que genera miedos y odio hacia uno mismo, y que termina por provocar enfermedades.
Somos los dueños de nuestras propias vidas. Podemos hacer mucho más de lo que creemos, incluso curarnos/sanarnos a nosotros mismos de una "enfermedad terminal".
La única enfermedad terminal auténtica es, sencillamente, el ser humano. Pero el ser humano no tiene nada terminal, porque la muerte no es más que una transición hacia otro nivel del Ser.